Un mundo hiperconectado
No se puede negar que estamos en la era de la hiperconectividad.
Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, una gran parte de nuestras acciones implican estar conectados a Internet.
Desde el móvil enviamos mensajes o subimos contenidos a las redes sociales; vemos series en streaming en la Smart TV o enviamos un correo electrónico desde la tablet.
Disponemos de una cámara de vigilancia que envía información a una central, viajamos en un coche conectado o encendemos la calefacción media hora antes de llegar a casa, para tenerla a punto al entrar en ella.
Cuando llegamos al trabajo, nos conectamos a la nube y empezamos a trabajar. Enviamos pedidos, recibimos facturas o emitimos transferencias con un simple gesto. ¡Enter!
Y todo esto es posible a Internet y a los dispositivos que nos permiten conectarnos: los routers o puntos de acceso, aunque seguramente te suene más la WIFI.
La forma habitual de acceder a Internet es utilizando unas claves de acceso, pero, ¿qué problema tiene esta forma de conectarse?
El problema de las claves de acceso compartidas
Imagínate que estamos en la Edad Media y quieres entrar en la ciudad. Al llegar a la puerta te piden una contraseña, respondes correctamente y te dejan pasar. Pero dicha contraseña es la misma para todo el mundo. Es decir, a todos los que deben entrar en la ciudad se les facilita la misma clave para que el guardián pueda determinar quién puede o no pasar.
Te habrás dado cuenta enseguida de que se trata de un nivel de seguridad bajísimo, porque cualquiera que sepa la contraseña puede entrar. No puedes saber si la persona que entra es buena o mala, no hay forma de identificar quién es.
Ahora imagínate que vas de viaje a otro país y estás en la aduana. Te piden el pasaporte o carnet de identidad. Un documento que te identifica de forma unívoca: foto, nombre completo y un código. Sólo tú puedes pasar la aduana con ese documento. Aunque se podrían dar casos de pasaportes falsos, en general, podemos asegurar que se trata de un nivel de seguridad bastante alto.
Sirva esta analogía para explicar qué está pasando actualmente con la forma de acceder a Internet.
Es práctica habitual llegar a cualquier sitio y pedir la contraseña del WIFI. Múltiples usuarios con la misma clave entran a través de la misma puerta. Esto sería lo mismo que entrar en la ciudad con una contraseña que comparten muchas personas.
Los accesos a Internet a través de contraseñas compartidas son altamente inseguros y son la causa de que cada día tengamos constancia de nuevos casos de vulneración de la seguridad. Tenemos redes donde se conectan muchos usuarios y no sabes quiénes son.
Y una vez se entra en una red, cualquiera con un poco de conocimiento puede suplantar la identidad de otro usuario y acceder a privilegios superiores.
Es decir, vivimos en un mundo hiperconectado pero bastante inseguro y lo peor es que una gran parte de la población no es consciente todavía de los riesgos a los que se expone cada día.
Nuestra misión
TECTECO ha desarrollado un sistema para solucionar este problema que funciona como si fuera un carnet de identidad para poder identificar inequívocamente no sólo quién se conecta a tu red sino con qué dispositivo.
Un sistema que evita la suplantación de identidades mediante la creación de identidades digitales únicas.
Queremos un mundo conectado, sí, pero lo queremos seguro y esa será nuestra misión como empresa.
Inauguramos nuestro blog con este artículo que pretende ser un aperitivo a lo que está por venir.
Este blog estará lleno de ideas y consejos sobre seguridad que te permitirán disfrutar de todas las ventajas que te ofrecen la tecnología y la conectividad, pero sin preocupaciones. También tendremos artículos más técnicos para usuarios avanzados.
Así que ¡bienvenido a nuestro blog y a la nueva era de la ciberseguridad!